Sobre una visita a un lonco.

Este breve texto surgió al día siguiente de un viaje en la VIII region, cerca a cañete a mediados de octubre.


Pocas son las posibilidades de tener contacto con el pueblo de la tierra, y más mínimas son cuando se trata de llegar a un lonko, un jefe de comunidad mapuche para que este nos relate su historia, su sabiduría y visión del mundo y la actualidad.

Gracias a las redes de mi hermano que trabaja en la zona pudimos ser participes de un contacto humano fuerte y vivencial, presenciando tanto la gente como su tierra (la zona y su hogar) y su cultura (la machi y el lonco) de forma simultánea, con este ancestral pueblo, enraizado en el corazón de la zona (elementos hoy en día difíciles de presenciar a la vez).
La comunidad se llamaba Mari Man Mahuida, que es ``Montaña de los diez cóndores´´. Aquel lugar contaba con un pasado histórico, siendo uno de los focos de lucha frente al español. Lo mas valorable de este encuentro es que no nos quedaríamos con esa historia (conocida por todos de forma superficial o detallada) ni con esa imagen típica y casi oficializada tanto por la enseñanza del colegio o por el prejuicio social del chileno hacia la gente de Arauco y su sector, sino que recibiríamos cosas que un libro, un intelectual , unas fotografías o un ente relator ajeno a la cotidianeidad del lugar jamás podrán hacer igual.

A simple vista podría parecer el típico viaje familiar, tíos por acá y fotos por allá, un recibimiento llano y una que otra conversación somera sobre ritos y costumbres vistos con soberbia por un hijo del occidente impuesto. Entramos a una ruca, una vivienda mapuche que no tiene nada que envidiar a un hogar de un citadino, capaz de soportar temporales y lluvias mejor que muchas construcciones urbanas.
Y apareció quien nos daría lo más valioso del viaje.

Un hombre de estatura mediana y carácter apacible, sólo me llevaría un rato saber que era un lonko, pero nunca lo que realmente significaba ser uno.

Miguel Leviqueo era su nombre y su título era más que una distinción de simple jefe. Este hombre sería nuestro anfitrión y quien nos daría un viaje más allá de nuestra mirada racionalista y occidental.

Este singular personaje no se encargaría de que pasáramos un buen rato o entretenernos mientras deleitábamos la vista, sino de entregarnos su cultura y sabiduría que se ha mantenido a costa de la guerra, el despojo y el devenir.

Pero aún no nos daría aquel lujo, primero nos recibió con una bienvenida grata, que dio en su propia lengua y, una invitación a comer, entre mates y sopaipillas, pebre y huevos campestres y un poco de cháchara y tertulia. La mesa en unos minutos quedo vacía y sus visitantes satisfechos, se nos invito a levantarnos y a escuchar al cabeza de comunidad.

Pidiendo que nuestra distribución fuese en círculo alrededor del fuego, el hombre empezó a dar lo que tenia, su cultura e historia, aunque caí en el error de no grabar en totalidad el hecho sólo podre entregar pinceladas de lo que fue aquello en medida del peso de la memoria.

¿Por qué el mapuche da importancia al círculo? El círculo está presente en muchos aspectos de su cultura representando el equilibrio, la hermandad pero más que eso, en su cosmovisión es el idóneo significante y justificante de que somos parte integral con la tierra, con la naturaleza y como consecuencia, iguales en derecho. Toda una antítesis representa el ideal occidental que el Lonco representó con la pirámide. Esta forma triangular representaría la jerarquía, que a mayor altura más delgada se va haciendo, y no sólo nos indica la situación del hombre con esta semiótica, sino también hace hincapié en la relación de éste con su entorno, con la naturaleza. Por estas analogías hechas por Leviqueo y la contraposición de cada simbolo es que nos invitó a formarnos en forma circular.

Pero no sólo la relación entre el hombre y sus cosmos es llevada y explicada a nosotros mediante el significante del círculo, también nos relataba como el pueblo mapuche veía la dualidad en el mundo espiritual, entre lo positivo y lo negativo, entre el mar y la tierra.

Tal vez muchos hagan memoria con respecto a los chinos y al Feng Shui, pues nuestro anfitrión relataba la importancia del lado derecho en la vida. Cuando se danza es el lado derecho al cual siempre deben dirigirse, pues este representa lo positivo y su contrario, el lado izquierdo representa la enfermedad la pobreza y la muerte. (Todo un tema la derecha y la izquierda, recordemos que la mujer siempre fue la izquierda y el hombre la derecha, entonces las dicotomías estigmatizan e invisibilidad)

También está la división geográfica y simbólica del mar y tierra, pues fuimos recomendados de que aquellos que dormían con dirección al mar son más susceptibles a la enfermedad. ¿Pero a qué se debe este resguardo frente al mar?

El mar indica el fin de la tierra, es aquella fuerza que desea ahogar a la tierra, y que cada 16.000 años lo consigue. Pero la tierra da sus sablazos a los intentos del mar por querer ahogarla, y esos cortes es lo que llamamos nosotros los relámpagos.

Luego el lonco nos haría escuchar el trompe, instrumento con forma de llave y pulsado que se pone en la boca, y que nos da una sensación de vibración única y que puede asemejarse musicalmente al mundo sonoro de los aborígenes australianos.

Aquel interludio me recordó la forma primitiva que ha perdido el arte, más allá del compromiso social o la contemplación estética, es volvernos a la sensación de unidad, ese retorno a lo primitivo, al inconsciente que sólo culturas como la mapuche han podido mantener vivas y que luego nos volvería a dar a conocer.

Prosiguiendo con las impresiones que me quedaron, el lonco invita abiertamente a la formulación de preguntas que responderá extensamente.

Entre nuestras inquietudes formuladas se dieron lugar a cuestiones que pasaron por la política, la identidad del pueblo y la religión.

Mi padre sería quien más interrogó y recordando un cuestionamiento a lo que respecta y en especial en estos días, a lo relativo a la soberanía que se deseaba tener.(redacción)

El lonco haría hincapié en realizar un equilibrio entre las dos culturas, entre el círculo y la pirámide y que aquello se podría lograr con una autonomía cultural, que ellos no eran chilenos, sino eran mapuches.

Aquí empezamos a entrar en el campo de la identidad, de la cual muchos por vergüenza han renegado debido a la burla y a la falta de oportunidades que Chile da a los nativos tanto cultural como laboralmente, y aún en la misma zona, dando paso a la crítica de que el estado está, consciente o no, exterminando a la cultura mapuche. Y cuando una identidad no es clara, se produce conflictos internos dentro de los que la padecen. Aquellos loncos que se autodenominan como tales, y otros que ejercen poderes basándose en los estatutos occidentales quiebran la unidad que el lonco ve que hace falta.

Pero, ¿Qué es lo que hace a un lonco lo que es?

Otra interrogante fue aquello y creo que aquí tengo que volver a una cuestión que mencioné en relación a su música.

Explicando cómo fue que el terminó siendo lonko, nos remontó a su infancia, a los sueños , una cuestión que de forma somera llamarían unos vocación, pero, la verdad es que prefiero no definir aquello y sólo expresar lo que nos relató pues escapa a los esquemas racionalistas.

Entre sus hermanos él era el único que no sólo se interesaba por aquello sino que también sus sueños e instintos se veían arrastrados por sensaciones y visiones. El carácter también es importante aquí, pues el coraje y la determinación dan lugar a la idiosincrasia que forma a esta clase de hombres. Su abuelo fue un lonco, pero su padre no, dejando en claro que está bastante lejos de ser una cuestión de legado por sangre, siendo en si un llamado hecho para pocos. Lo mismo corre para las machis.

La religión también fue una de las grandes interrogantes.

Mi padre quien, enorme admirador de esta cultura en extinción, puso en la mesa el asunto de aquellos mapuches que se volvieron al cristianismo, tanto en su forma católica, como evangélica etc.

Renegados fue como denominó el lonco a estos mapuches, pues no sólo dejaban de lado la cosmovisión mapuche sino que también para muchos era pecado asistir a los rituales de su pueblo. Sólo se limitó a decir que todo aquello fue obra de la imposición del godo conquistador.

Finalmente, se nos volvió a presentar el lado musical del pueblo, con Cultrún y a un ritmo ternario no sólo oímos sino que también, con su mujer como guía, se nos guió en la danza.

Aunque la música y el baile no tenían la técnica y la complejidad de grandes salones, nos volvió a la característica perdida del arte, la vuelta al inconsciente.

Creo que aquel rato no duro más de cinco minutos, pero dejó una sensación de unidad que otros alcanzan mediante métodos algo conocidos, e ilegales.(interesante, sería bueno explicar)

Debo mencionar que, aún como lugar único en su magia, de algo se debe vivir y compramos uno que otro llavero y recuerdos para llevar. Muchos hermanos mapuches han acusado a otros de vender su cultura, de hacerla de muestra tras una vitrina y dejar que el mejor postor se la lleve.

Pues si eso es vender, como``chilenos´´deberíamos ser considerados concubinas a bajo precio, pues si eso es vender, nuestra cultura e identidad ha sido prostituida a tal punto que en un septiembre algo alejado, una fonda se llamaba ``Los Huasos Cowboys´´. Triste ejemplo.

Cuando ya fuimos despedidos y nos retirábamos, miraba el cielo ya hecho noche, con estrellas que en la cuidad se nos ocultan, pensando en un pueblo que ha resistido al tiempo, al empuje cultural y ha logrado mantener cualidades en su arte y filosofía.

Sólo me resta decir aquello que el lonco nos dijo al finalizar; que debemos defender aquella identidad que ya está moribunda y cerca de un final lento y doloroso.

Este escrito es sólo un grano de arena en aquella ayuda que le prometimos dar a su cultura, mínimo pago a esa velada de vuelta no sólo a raíces culturales, sino a sensaciones dejadas en nuestro sótano interior, y encerradas con los candados de la cultura y el racionalismo.

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