Alfonso Letelier - Tres Madrigales Campesinos Op. 40 (1971) para coro, cuarteto de cuerdas y guitarra

Para celebrar el natalicio del poeta rancagüino Óscar Castro Zúñiga (nacido el 25 de marzo de 1910) he decidido subir poemas suyos musicalizados por Alfonso Letelier. Con ustedes dejo estos "Tres Madrigales Campesinos", compuesto el año 1947.

Óscar Castro Zúñiga

Información extraída del disco "Alfonso Letelier - Música de Cámara y Orquesta", quien nos describe la obra es Miguel Letelier Valdés:
Alfonso Letelier

Los "Tres Madrigales Campesinos" provienen de tres canciones para coro mixto a capella, con textos del poeta chileno Óscar Castro (1910 - 1947) y reinstrumentados para coro, cuarteto de cuerdas y guitarra. El sabor campesino, con sus prístinos ambientes, su ingenuidad y a la vez su profunda sabiduría, describen las palabras del poeta con una gratificante y apacible fluidez en el discurso musical, el cual corre al filo de una tonalidad esquiva e inesperada. 


La presente versión fue grabada en Disco Compacto el año 2003 por el guitarrista chileno Luis Orlandini; Cuarteto de cuerdas Nuevo Mundo y el Coro Magnificat dirigido por Marcela Canales.

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1.- Unbral de Noche - Duración 3´10

El grillo podaba estrellas
En el cielo de la tarde.
Se iban llenando de rosas
los delantales del aire.

Frescor de rosas de oro
rojas de oro granate.
El grillo corta que corta
con tijeras de cristales.

Ya se tornaban bailando
los corderos por el valle.
Pulió el grillo sus tijeras
para esquivar recentales,
y los vellones cortados
cayeron sobre los Andes.

Dulces praderas de trébol
camino que no anda nadie.
Lejanas voces labriegas
que dicen viejos cantares.

Cantares que van cruzando
el agua azul en la tarde. 
En papel azul el grillo
recortaba soledades.

2.- La Cabra - Duración: 3´05


La cabra suelta en el huerto
andaba comiendo albahaca.
Toronjil comió después
y después tallos de malva.
Era blanca como un queso,
como la luna era blanca.
Cansada de comer hierbas,
se puso a comer retamas.
Nadie la vio sino Dios.
Mi corazón la miraba.
Ella seguía comiendo
flores y ramas de salvia.
Se puso a balar después,
bajo la clara mañana.
Su balido era en el aire
un agua que no mojaba.
Se fue por el campo fresco,
camino de la montaña.
Se perfumaba de malvas
el viento, cuando balaba.

3.- Del Cielo a tu Corazón (Extracto del poema fue musicalizado) Duración: 3´00


Del cielo a tu corazón
no puede haber una legua.
Si gritas “¡Ah, yegua, yegua!”,
San Pedro, que es un patrón,
ha de salir al portón,
corriendo todas las trancas
para que tú y tus potrancas
entren allí sin golpear
y en alegre galopar
le trillen sus eras blancas.

Tú que cultivas el trigo
en las haciendas chilenas.
T,ú el de las manos morenas,
de los pájaros, amigo,
tienes a Dios por testigo
y en el Santo Tribunal
de la Corte Celestial
puedes decir con orgullo:
“La Hostia, que es cuerpo Tuyo,
fue una espiga en mi trigal”.


 Varones de valle y sierra
que tenéis como la tierra
 generoso el corazón,
 en la celestial mansión
 hay montes de azul color
 y potreros de verdor
 y bueyes de lomo blando
 para seguir trabajando
las haciendas del Señor. 




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