No es permitido de Dios que esa flor permanezca [Disco Doble]


«Vestidos de blanco, con guirnaldas de flores naturales y cintas de sedas se engalanaba a los niños y niñas que  morían a temprana edad durante el siglo XVIII y XX, sobre todo en las zonas rurales de Chile.
Esta costumbre llamada velorio de un angelito se realizaba desde las pampas salitreras hasta la Isla grande de Chiloé, según describe el recién publicado disco y libro sobre el tema, llamado “No es permitido de dios que esa flor permaneciera”.
La obra realizada por los antropólogos de la Universidad de Chile, Danilo Petrovich y Daniel González con el apoyo del Fondo de Fomento para la Música Nacional, investigó los versos a lo divino y grabó a los cantores en sus hogares para luego producir un álbum doble con 22 cultores, entre cantores y guitarristas, de distintas zonas de la cuarta, quinta y región metropolitana».

  Extraído de Radio U. de Chile.



«Don Fidel piensa que el canto a lo divino de Chile es único en el continente. En otros países de América Latina abunda la creación de canciones populares en décimas, pero no con esta melodía de acá. Es un tesoro que vino a esta tierra y aquí se quedó. En otras partes no. En Argentina y Uruguay, por ejemplo son estupendos improvisadores, payadores, pero, la parte musical no está. En Cuba, para qué decir, es una maravilla la improvisación, es asombrosa pero el universo melódico es otro. 
       Afirma que el canto a lo humano y a lo divino es el mayor monumento poético del pueblo chileno. En ninguna obra de autor individual, y tampoco en movimientos a través de generaciones, hay la riqueza y la variedad, la finura y la expresión del sentir del pueblo chileno y del enseñar de ese mismo pueblo, tanto lo humano como lo divino. Entre nuestros teólogos, fuera del padre Lacunza, ninguno ha dicho media palabra siquiera original y valiosa. Pero esta gente cuyo nombre ignoramos reescribe, y muy bien, las sagradas escrituras. Ese es un gesto de audacia, a lo mejor de ingenuidad o de inocencia. ¡Bendita la inocencia que permite hacer estas cosas! La Academia le corta las alas a la gente que se mete a ella, a mí me da mucha pena esta pobreza de la Academia chilena. Pero ellos, esos creadores populares, con su inocencia, vuelven a escribir las Escrituras y no sólo la parte episódica, sino la conceptual profunda. Por ejemplo, el tema fundamental del pecado original, la base de todo el proceso de creación, de la libertad y del libre albedrío y sus riesgos, lo tratan y lo entienden de en esta poesía, en el canto a lo divino. Dan su propia interpretación del proceso de la muerte de Judas: el canto a lo divino termina haciendo que Dios perdone a Judas, que no lo condene... Incluso más, hay un canto a lo divino donde Dios perdona al demonio. Son gestos de inocencia».

- En busca de la música chilena. Crónica y antología de una historia sonora, de José Miguel Varas y Juan Pablo González.


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